jueves, 23 de agosto de 2012

Sin nombre.

Por pedir, te pido a ti, sin distancias, sin mentiras, sin horas y sin días.  Por pedir, pido que me beses hasta hacerme daño y que me dejes el cuello en caos, que prendas fuego a las sábanas y también a mi piel. Que el aire que respiremos sea el que pase de tu boca a la mía y viceversa. Que marques tus huellas en mi espalda y que me quemes con tus labios en mi hombro. Pido que estemos a oscuras, que sólo vea tus ojos y que mientras te bese, sonrías, y que si me la lías, volveremos a ese día. Que sea invierno y me abraces, primavera y me beses, verano y me quites la ropa y otoño y me tatúes. Que me pongas la piel de gallina y me aceleres el pulso y que me ayudes a terminar esta lista de cosas que pido. Que pase el tiempo en un abrir y cerrar de ojos y que al volver a abrirlos se ralentice.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Cielo de hormigas.

Un cielo de hormigas... puede ser. Un cielo tan pequeño que no quepan las estrellas en él y que por eso tengan que desaparecer entre las nubes de vez en cuando. También puede ser que un crepúsculo en pleno otoño sea lo más impresionante que puedas ver en este mundo. También puede ser que no haya manera de acortar la distancia desde su boca a la mía y aún así no sé si la luna se ve igual desde su cama. Y sigo desvariando, como de costumbre.