miércoles, 22 de agosto de 2012

Cielo de hormigas.

Un cielo de hormigas... puede ser. Un cielo tan pequeño que no quepan las estrellas en él y que por eso tengan que desaparecer entre las nubes de vez en cuando. También puede ser que un crepúsculo en pleno otoño sea lo más impresionante que puedas ver en este mundo. También puede ser que no haya manera de acortar la distancia desde su boca a la mía y aún así no sé si la luna se ve igual desde su cama. Y sigo desvariando, como de costumbre.

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