jueves, 5 de julio de 2012

No siempre.

 A veces no nos acordamos de lo que hemos soñado y cuando lo hacemos, algunas noches tenemos un agrio recuerdo. Cuando te despiertas y estás solo y creías haber estado al lado de una persona o cuando te das cuenta de que no es la persona que querías que estuviese a tu lado. Otras veces, al levantarte y mirarte al espejo, ves que tus ojos están llorosos. Has tenido miedo y hoy, a mí, mis sueños me han mentido. Creí ver a alguien que no era. Creí reír con esa persona y huir con ella de los ojos curiosos. Creí haber rozado sus labios con los míos y sí, mis sueños me mintieron, y volví a esconderme entre el edredón y la realidad y creer que esa persona con la que había estado, era él y no otro. Y tiemblo y aprieto los ojos hasta ver chiribitas pero no vuelvo a dormir y me asusto, me asusto al pensar en que tal vez no vuelva a conseguir arreglar ese sueño, o tal vez pesadilla, y que no pueda abrazarme a él, al de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario